Desde hace un par de meses nuestras cabezas y nuestros cuerpos están en movimiento. Un movimiento que nos lleva una y otra vez a los huertos de la Vega de Triana, donde estamos preparando la intervención que hemos llamado Keep the Lights On.
El origen de este proceso arranca con la invitación de los organizadores a María Cabeza de Vaca, bailarina y coreógrafa. María ha desarrollado su actividad profesional como intérprete y creadora entre la danza y el teatro. María trabaja con el cuerpo y el movimiento, desde la conciencia del movimiento espontáneo y el redescubrimiento del cuerpo como una caja de resonancia de la vida. A María le entusiasman los trabajos de colaboración y los espacios de encuentro, especialmente si estos la llevan a indagar en otros lenguajes artísticos.
Por todo ello, desde su primera visita a los huertos, este espacio fue percibido como un espacio de encuentro en el que el movimiento se articularía en relación con el trabajo de otros artistas y la activación del carácter colectivo de la comunidad de hortelanos.
De esta manera, la familia de Keep the Lights On empezó a crecer con artistas de perfiles diversos, todos próximos al mundo del movimiento. El primero en sumarse fue Fran Pérez Román, arquitecto y profesional de las artes vivas, ligado a la investigación entre la acción artística y los espacios en que tiene lugar. Fran realiza su trabajo desde el compromiso con la activación de las comunidades y la visibilidad de las redes de colaboración. Desde su primera visita con María, se incorporó al proceso y siguieron explorando el potencial del espacio y conociendo a las personas involucradas en el mismo.
Así el proyecto se fue consolidando como una acción sobre los huertos que, desde el movimiento y la luz, pretende atender sus necesidades y atenderlas desde la capacidad de la propuesta artística.
Atendiendo a los deseos que el proceso ha ido generando, la familia ha ido sumando componentes. Ligado a aspectos materiales de la intervención artística, se suma al equipo Anna Jonsson, artista plástica con una intensa relación con el mundo de la danza. Anna, de origen sueco, pero sevillana adoptiva, además aportará al proceso el vínculo con tradiciones de otros lugares en la relación con los huertos.
En la articulación del evento inaugural, convertido en acción principal de nuestra intervención, entran a formar parte otras dos creadoras, como Eloisa Cantón, música ligada a la investigación y Rocío Guzmán, artista vocal, que a través de sucesivas visitas al huerto construirán el espacio sonoro de nuestra intervención. Su implicación contribuye a realizar una intervención completa, sensorial, originada y articulada con el espacio en el que se desarrolla.
Esta familia no para de crecer, pues a esta iniciativa se han sumado Fab Lab Sevilla, en una aproximación a lo natural desde la fabricación digital mediante la colaboración en la construcción de los dispositivos de luz y el Aula de Cultura de la E.T.S. de Arquitectura de Sevilla y Estudio Pepino, cuya colaboración nos permitirá ampliar la capacidad de acogida de los Huertos con la cesión de unos bancos convertibles que favorecerán la estancia en el huerto.
De esta manera y desde la acción, la familia no para de crecer y multiplicarse apoyada en la familia esencial de este espacio: los hortelanos que desde su compromiso y su generosidad han abierto las puertas de los huertos desde el primer día para que trabajemos con y para ellos sumándose al movimiento de Keep the Lights On.
Fdo. María Cabeza de Vaca y Fran Pérez